lunes, 7 de noviembre de 2011

Solo una cosa importa en el mundo...

Probablemente estuviera soñando con ella, o quizás era una pesadilla... no se, nunca lo voy a saber... porque de repente el bondi clavó los frenos, todos saltamos de nuestros asientos, las viejas gritaron, y me desperté. Se sintió un golpe seco, y algo crujío... como una mariposa reventando contra el parabrisas, pero más fuerte.
Pisamos un perro, o algún animal, quizás un niño, o algo así. Su cuerpo aplastado yacía ahora en medio de la avenida Entre Rios, en el centro de una charco de sangre tibia, como mermelada untada en el asfalto.
Las viejas no paraban de gritar, y los pendejos lloraban horrorizados en los brazos o tetas de sus madres. Alguien -aprovechando el anonimato que brinda el caos general- se tiró un pedo. Un viejo que viajaba parado se meo del susto, y el río de pis corría ida y vuelta por las canaletas del piso de goma, sometido a la inercia de frenos y aceleradas, apestando el aún más el ambiente en el sucio bondi asesino. Gracias a Dios el chofer no se detuvo a mirar... Supongo que fue un gesto de sensatez. 

Llegue a lo de mi amada con 15 minutos de retraso. No pude comprarle flores porque el puesto había cerrado, pero    pasé por el quiosco y además de forros compre algunas golosinas. Le pareció el gesto más dulce del mundo. Pasamos una noche estupenda. 

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